Mamnoon Hussain

Mamnoon Hussain, un veterano empresario textil de Karachi perteneciente al partido del Gobierno, la conservadora Liga Musulmana (PML-N), fue escogido en julio de 2013 por un colegio electoral parlamentario para ser el duodécimo presidente de la República de Pakistán, cargo del que tomó posesión el 9 de septiembre con un mandato inicial de cinco años. Figura de escasa relevancia política y conocido sobre todo por su fidelidad inquebrantable al líder de la Liga y primer ministro, Nawaz Sharif, Hussain ha sucedido al impopular Asif Ali Zardari, cuyo partido, el PPP, sufrió una gran derrota en los comicios de mayo.

Su discreto aunque limpio currículum, que incluye un breve ejercicio como gobernador de Sindh antes del golpe de Estado militar de 1999 y no presenta ninguna sombra de corrupción, le convirtió en el candidato idóneo del oficialismo para ocupar una alta oficina ejecutiva que desde la enmienda constitucional de 2010 vuelve a tener un carácter únicamente representativo y ceremonial, dentro del más puro sistema parlamentario. La investidura de Hussain viene a rematar la histórica transmisión de poderes en este 2013, pues primero el Gobierno de la PML-N tomó el relevo democrático al Gobierno del PPP a la conclusión natural de la legislatura y luego un presidente civil electo ha pasado el testigo a otro titular de idénticas características, hecho sin precedentes desde la independencia en 1947.

Se espera que Hussain, dentro de sus mínimas atribuciones, sirva de apoyo al primer ministro Nawaz, sobre el que recae toda la responsabilidad de la mejora de la situación económica, la lucha contra la corrupción y la solución del gravísimo problema de inseguridad que arrastra Pakistán, campo de batalla militar, insurgente y terrorista donde operan el Ejército pakistaní, la Policía, milicias progubernamentales, los talibanes, Al Qaeda, tribus desafectas y los drones de Estados Unidos.

(Texto actualizado hasta noviembre de 2013)

1. Empresario de Karachi vinculado a la PML-N
2. Elección como presidente de la República en 2013


1. Empresario de Karachi vinculado a la PML-N

Nativo de Agra, capital histórica de la región de Hindustán y luego perteneciente al estado indio de Uttar Pradesh, en 1949, con ocho años, emigró con toda su familia a la parte occidental de Pakistán, uno de los dos estados surgidos de la partición de la India Británica al producirse el acceso de la colonia a la independencia en 1947. Los Hussain, que se ganaban la vida como zapateros, empezaron de nuevo en Karachi, la gran urbe de la provincia sudoriental de Sindh. Como otros millones de emigrantes venidos de India y que protagonizaron los gigantescos trasvases de población con Pakistán, pertenecían a la comunidad mohajir, musulmanes hablantes del idioma urdu.

En 1963 el joven se sacó el título de Bachelor of Commerce con honores en la Universidad de Karachi y luego se matriculó en el cercano Institute of Business Administration (IBA), uno de los más prestigiosos centros de formación universitaria del joven Estado, donde completó el Master of Business Administration dos años después. Con este bagaje académico Hussain se incorporó al negocio del padre, que había prosperado en el país de adopción, hasta permitirle abrir una fábrica de calzado. Posteriormente, se instaló por su cuenta en el ramo textil y llegó a convertirse en un eminente empresario regional, posición que en 1999 le facultó para presidir la Cámara de Comercio e Industria de Karachi (KCCI).

Su militancia política arrancó en 1968 en el partido conservador Liga Musulmana de Pakistán (PML), heredero de la Liga Musulmana (LM) del padre de la independencia, Mohammad Ali Jinnah, y que entonces se encontraba sojuzgado por la dictadura presidencial del mariscal Mohammad Ayub Khan. Los liguistas partidarios de colaborar con Ayub habían acatado las directrices del dictador de agruparse en una fuerza progubernamental, la Liga Musulmana de la Convención (CMP). Hussain empezó siendo miembro del secretariado de la PML en Sindh. Un cuarto de siglo después, en 1993, tras una serie de grandes convulsiones políticas que pusieron de relieve el muy dificultoso arraigo de la democracia en Pakistán, el empresario optó por unirse a la PML-N, la facción mayoritaria de la PML liderada por Mian Mohammad Nawaz Sharif, ex ministro jefe de Punjab y primer ministro desde 1990, quien acababa de ser destituido por el entonces presidente de la República, Ghulam Ishaq Khan.

La carrera política de Hussain, en paralelo a la empresarial, se desarrolló de manera discreta en Sindh a lo largo de la década de los noventa, período en el que Nawaz y su acérrima adversaria del Partido Popular de Pakistán (PPP), Benazir Bhutto, estuvieron alternándose en la jefatura del Gobierno federal. Fue secretario de Finanzas de la PML-N sindhí y en 1997 obtuvo el nombramiento de asesor adjunto al nuevo ministro jefe de la provincia, el liguista Liaquat Ali Jatoi. Esta función consultora expiró en octubre de 1998, cuando Nawaz decidió imponer en la provincia la administración federal directa para atajar la ola de violencia sectaria que venían provocando las dos alas enfrentadas del Muttahida Qaumi Movement (MQM, partido representante de la comunidad mohajir), una de las cuales había apoyado hasta hacía poco al Gobierno provincial de la PML-N.

El 17 de junio de 1999 el primer ministro escogió a Hussain, quien era colega en la profesión empresarial, para suceder al general retirado Moinuddin Haider en el puesto de gobernador de Sindh, una oficina que en circunstancias ordinarias no tenía más rangos que el representativo y el ceremonial. Sin embargo, ahora, con las instituciones parlamentarias suspendidas, el gobernador ejercía plenos poderes ejecutivos en nombre del Gobierno federal de Islamabad. La experiencia gubernativa de Hussain en Sindh fue breve, ya que el 12 de octubre de 1999 se produjo el golpe de Estado del general Pervez Musharraf, al que Nawaz había intentado destituir como jefe del Estado Mayor del Ejército e impedir que aterrizara en Islamabad cuando regresaba en avión desde Sri Lanka. Entre su batería de medidas autoritarias, el nuevo gobernante de facto mandó disolver las asambleas provinciales y colocó a hombres de su confianza en las respectivas gobernaciones. El 21 de octubre Hussain hubo de dar paso en Karachi a Azim Daudpota, un mariscal retirado de la Fuerza Aérea.

De acuerdo con la web de la Presidencia pakistaní, tras el golpe militar Hussain fue hecho "preso político cuando alzó su voz contra el régimen dictatorial", un pasaje vital del que las principales cabeceras de la prensa pakistaní no han aportado detalles. La escasez de informaciones sobre el desenvolvimiento del político durante la presidencia autoritaria de Musharraf permiten adjudicarle un perfil bastante bajo en esta época, siendo su característica más señalada la fidelidad que mantuvo al primer ministro depuesto, Nawaz Sharif, quien hasta 2007, cuando pudo retornar a Pakistán, sufrió la cárcel, donde empezó a servir una doble cadena perpetua, seguida en 2000 de un exilio pactado en Arabia Saudí.

Cuando en 2002 el partido se fracturó por el deseo de un grupo de liguistas de participar en las elecciones legislativas convocadas por el dictador, cuyas maniobras políticas estaban dispuestos a respaldar, surgiendo como resultado la Liga Musulmana de Pakistán-Quaid e Azam (PML-Q, cuyo secretario general, Mir Zafarullah Khan Jamali, se convirtió en primer ministro en noviembre), Hussain continuó firmemente comprometido con la PML-N, muestra de lealtad que Nawaz iba a premiar en el futuro. Siempre según su currículum oficial, en 2001 Hussain asumió la Secretaría General del partido en Sindh, donde fungió una temporada como presidente orgánico en funciones. En 2005, la PML-N, conducida en casa por el hermano del líder exiliado, Shahbaz Sharif, eligió al dirigente sindhí vicepresidente nacional y miembro del Comité Ejecutivo Central de la formación.


2. Elección como presidente de la República en 2013

Ningún otro dato reseñable ilustra la biografía de Hussain en los ocho años siguientes. En el primer tramo de este turbulento período Pakistán conoció las controvertidas elecciones presidenciales que confirmaron a Musharraf en el poder, el final de los exilios de Nawaz Sharif y Bhutto, el asesinato de esta última en vísperas de unas elecciones legislativas que fueron ganadas por el PPP, la formación de un Gobierno de coalición con la PML-N, la dimisión forzada de Musharraf seguida de la ruptura de la alianza entre populares y liguistas, y la subida a la Presidencia del viudo y heredero político de Bhutto, Asif Ali Zardari. El Ejecutivo formado por Zardari y el primer ministro de su partido, Yousaf Raza Gilani fue violentamente zarandeado por los casos de corrupción, el desbordamiento del terrorismo islamista, el marasmo económico, la crisis de desconfianza con Estados Unidos y el llamado Memogate, un gran escándalo político que arrojó grandes tensiones a las relaciones con los militares.

En junio de 2012 el Tribunal Supremo inhabilitó a Gilani, luego de ser condenado por desacato, por obstruir las investigaciones judiciales de los casos de corrupción que afectaban a Zardari. Y en enero de 2013 el sucesor de Gilani, Raja Pervez Ashraf, encajó a su vez una orden de arresto por presunto corrupto. El 25 de marzo se constituyó un Gobierno preelectoral interino encabezado por el magistrado jubilado Mir Hazar Khan Khoso. Las elecciones legislativas del 11 de mayo de 2013 fueron ganadas con mayoría simple por la PML-N, lógica beneficiaria en las urnas del calamitoso legado del Gobierno del PPP. En la campaña electoral, Nawaz Sharif ofreció una política económica que diera prioridad a las inversiones generadoras de riqueza, prometió una "tolerancia cero" con la corrupción y habló de una nueva estrategia de seguridad para parar el baño de sangre en las Áreas Tribales Federalmente Administradas (FATA) y en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.

Tras asumir el 5 de junio la jefatura del Gobierno de Pakistán por tercera vez desde 1990, el jefe liguista reclamó a Estados Unidos que cesara sus acciones de bombardeo con aviones drones contra objetivos de Al Qaeda y los talibanes afganos en las caóticas regiones del norte vecinas de Afganistán, y se mostró abierto a emprender con estos últimos unas negociaciones conducentes a la conclusión de su ofensiva insurgente y terrorista. Dos días antes de inaugurarse el nuevo Gobierno de la PML-N, el 3 de junio, el presidente Zardari anunció que declinaba postularse para un segundo mandato de cinco años. El actual expiraba el 8 de septiembre. La renuncia de Zardari estaba cantada luego de conocerse los resultados de las elecciones legislativas, que habían dibujado una Asamblea Nacional completamente desfavorable a su agrupación.

En el hemiciclo, de 342 miembros, la PML-N disponía ahora de 186 diputados (días después de los comicios una veintena de independientes se había pasado a sus filas, proporcionado así al oficialismo la mayoría absoluta), frente a los sólo 42 del partido hasta ahora gobernante. La elección del presidente competía a las dos cámaras del Parlamento federal, la Asamblea Nacional y el Senado, más las asambleas provinciales de Punjab, Sindh, Beluchistán y Khyber Pakhtunkhwa, que independientemente de su tamaño tenían reservados 65 votos, dando como resultado un Colegio Electoral 1.174 miembros, traducidos en 704 votos.

Aunque estaba en minoría en el Senado y en las asambleas de Sindh y Khyber Pakhtunkhwa, su predominio en la Asamblea y, sobre todo, la Asamblea de Punjab, donde poseía 304 de los 371 escaños, prácticamente garantizaba a la PML-N la elección de su candidato. Los de Nawaz Sharif barajaron tres nombres para la postulación: Hussain, su dirigente en Sindh; Sartaj Aziz, el asesor del primer ministro para asuntos de política exterior y seguridad nacional; y Saeeduzzaman Siddiqui, antiguo presidente del Tribunal Supremo. El 23 de julio, sin sorpresa, la Ejecutiva del partido se decantó por Hussain, al que Nawaz quería gratificar por todos estos años de estricta fidelidad.

Algunos comentaristas apuntaron que la condición de sindhí de Hussain permitía refutar la propaganda del PPP sobre que la PML-N no era un genuino partido de dimensión nacional, ya que no hacía más que colocar en los puestos de responsabilidad federal a punjabíes, los cuales luego se dedicaban a favorecer los intereses de su feudo provincial. Otros propusieron que el perfil empresarial del aspirante subrayaba el mensaje del Gobierno de que su prioridad era enderezar la economía. Sin embargo, el principal valor de Hussain parecía residir en su bajo perfil político y en su absoluta falta de ambiciones en este terreno, lo que le convertiría en un candidato ideal a los ojos de Nawaz, deseoso de tener en la Presidencia de la República a un hombre de total confianza y estrictamente ajustado a las funciones constitucionales del cargo, que eran sólo representativas y ceremoniales.

La victoria de Hussain quedó asegurada tres días después, el 26 de julio, con el anuncio por el PPP de que retiraba a su candidato, Raza Rabbani. El boicot de los populares fue secundado por el Partido Nacional Awami (ANP) y el Partido Nacional de Beluchistán (BNP). El arco opositor progresista vinculó su portazo electoral a la decisión del Tribunal Supremo, comunicada el 24 de julio y dando fallo favorable a una demanda del partido del Gobierno, de adelantar la fecha de la votación del 6 de agosto al 30 de julio. En estas circunstancias, Hussain sólo iba a tener que competir con un contrincante sin posibilidades, Wajihuddin Ahmad, un juez retirado del Tribunal Supremo y jurista conocido por su activismo en contra de los abusos de Musharraf, al que había desafiado con carácter testimonial en la elección presidencial de 2007. Ahmad concurría en nombre del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), la formación de centro reformista liderada por la estrella retirada del críquet Imran Khan, la cual había dado la sorpresa en las legislativas de mayo, cuando se aupó a la tercera posición en la Asamblea, y sacando más votos que el PPP. El 30 de julio de 2013, tal como se esperaba, Hussain batió a Ahmad por 432 votos contra 77.

El 9 de septiembre de 2013, luego de desprenderse de sus cargos ejecutivos en el partido y de cancelar su militancia en el mismo, Hussain, en una ceremonia que fue administrada en Islamabad por el magistrado jefe del Supremo, Iftikhar Chaudhry, prestó juramento como el duodécimo presidente de la República Islámica de Pakistán.

La Decimoctava Enmienda a la Constitución pakistaní, aprobada por la Asamblea Nacional el 8 de abril de 2010 con el voto conjunto del PPP y la PML-N, despojó al presidente de la República de la capacidad de disolver el Legislativo (y de finiquitar el Gobierno de turno, en consecuencia) de manera unilateral y recuperó por tanto el modelo de República parlamentaria instaurado por la Decimotercera Enmienda de 1997, cuando el segundo Gobierno de Nawaz. La Decimoctava Enmienda revirtió la Decimoséptima Enmienda de 2003, que había permitido a Musharraf legitimar con una plétora de poderes ejecutivos su férula autoritaria a raíz del golpe de Estado de 1999.

La naturaleza ceremonial, protocolaria y representativa de la jefatura del Estado quedaba establecida por los artículos 41, 45, 46, 48 y 243 de la Carta Magna. Según estos, el presidente representaba "la unidad de la República", era, con carácter meramente formal, el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, tenía autoridad para conceder el perdón a reos y revocar castigos impuestos por la justicia, debía ser informado por el primer ministro de todos los actos legislativos, y debía igualmente "ejercer sus funciones de acuerdo con el consejo del Gabinete o del primer ministro".

En las semanas posteriores a su asunción, Hussain elevó varios llamamientos a apoyar determinadas actuaciones del Gobierno en los capítulos económico y de seguridad, en la confianza de que Pakistán mejorara, pues el país "está en tal mal estado que ya no puede ir peor". El 20 de octubre, durante una visita al mausoleo del Quaid-i-Azam Mohammad Ali Jinnah en Karachi, el presidente instó de manera implícita a las fuerzas políticas y a la población a asistir al Gobierno federal en su apuesta por la restauración de la ley y el orden en Sindh, y en su estrategia de acercamiento a los subversivos talibanes, que requería la suspensión por Estados Unidos de su ofensiva militar con drones, concentrada en la región de Waziristán, en las FATA. A pesar de estos pronunciamientos progubernamentales, Hussain reiteró que su rol era "apolítico".

(Cobertura informativa hasta 1/11/2013)